Diecisiete

No pasan
no pasan
hasta que
pasan
La sangre riega el
asfalto

Una muchedumbre grita:
no pasan
no hay justicia
Pero ya no vuelven
ni crecen del asfalto

Del silencio al grito
está la muerte
la muerte de todos
La injusticia es la muerte

Y la sangre nuestra
la de ellos
en las bocas
crece

Todo parece estar tranquilo y acaso dure un tiempo más
pero qué pasará conmigo cuando vuelva,
cuando regrese yo.
Cuando vuelvan ellos,
los asesinos de mi.
Las malditas voces que yacen escondidas
esperando el momento para atormentarme.
Querrán llevarte, lo se.
Y tu te irás.
No aguantarás mi pena y mi martirio.
Me han condenado,
mi sangre corre lenta y negra.
Mis sueños huelen siempre a pesadilla,
mis uñas crecen deformes
no merezco esta suerte,
no puedo evitarme.

Si es cierto el frío. Si ha venido silencioso, desde los pies. Si ha recorrido cada parte de cada todo, ida y vuelta.  Si ha sido blanco o transparente, siempre categórico, indiscutido.
Si ha colonizado las manos y el pensamiento, no se sale. Vano es discurrir sobre otras cosas. Es que ha ganado filo en su camino. Es que aquende, la vida es gris omnipresente. Si es cierto el frío. De quién es el frío, si está un poco en cada uno de nosotros.