jueves, 11 de octubre de 2012

Sigo pensando en el gusano que me acaricia, 
sucede que en el pasto, 
donde se revuelca el tiempo de los vivos, 
la canción estalla, 
las palabras atraviesan el rosado de la carne. 
El gusano lame las heridas. 
Los rostros reflejan lo incomprensible, 
los desechos hacen otras manos, esta vez sin tacto, 
y ese hedor de promesas o elecciones 
apenas cabe en el bolsillo roto.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Es un andar lento que me trae de nuevo / Que me lleva/ Recuerdo un puente roto, olvido el olor de los que ya no están / Olvidé donde está el hilo, recordé el susurro, o el grito de las hojas/ Sé que estoy despierta. Estoy mojada / Desperté, empapada en el charco. Mi reflejo en el agua me mira con ojos de sapo.
Anoche soñé con la muerte. Sus manos translúcidas rozaron el tiempo. El aliento de su boca volvió más fútil la vigilia. Subió la escalera casi sin hacer ruido, apenas una fricción, un crujir de maderas. La he sabido liviana, casi intangible y etérea. Y, sin dudas, artera. Tan humana la muerte.