el gato esperaba en la puerta
ya no había sombras en la cocina.
la ropa seguía igual, sobre la silla,
en el suelo,
revolcándose.
olía a nada y a nadie.
con el frío jamás hice las paces
y utilicé las cuatro almohadas que dejaste.
debí salir a buscarnos
pero estas llaves ya no abren ninguna puerta.
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