martes, 13 de abril de 2010

La mosca, la negra, la bestia.

Y esa mosca tan repugnante
mancha mi amarillo enamorado,
dando vueltas alrededor de un termo,
¡miradme horrible bestia!
¿Somos nosotros tan repugnantes?
Ahora en mi pierna,
se siente cómoda,
descansa.
O acaso medita sobre su próximo vuelo.
Negra vuela.
El amarillo está intacto,
la luz atrapada en un manto de estrellas
y media luna etérea.
¡Mostradme ahora tu frío cuerpo!
¡A mí, a mí que hoy amo, tan lejos, su rostro!
¿Dónde estás?
Aún no he terminado de odiarte.
Mis ojos ya han sido invadidos,
incluso mi amarillo enamorado.
No has dejado nada tras tu vuelo,
no liberaste la luz que fue tu cuna.
¡Vuelve negro espíritu!
Vuelve a distraer mi angustia.
No es mía tu cárcel,
paciente, no esperas nada.
Insecto de alas inútiles:
¿a dónde vas repartiendo oscuridad
y pestilente soledad?
¿Acaso has venido a buscarme?
¿A confundirme?
Quieres atraparme en todos tus ojos.
Y en todos tus ojos sé
quién es la bestia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario